El progreso y la conservación son posibles. Cada año, decenas de miles de aves rapaces de nuestra fauna mueren a causa de los tendidos eléctricos, que se extienden como una tela de araña por toda la península ibérica. Una muerte silenciosa, un problema medioambiental insostenible que puede paliarse mediante la señalización y aislamiento de los cables que transportan la electricidad, verdaderas trampas mortales.

22 de septiembre de 2022

GREFA